viernes, 1 de abril de 2005

La peligrosidad del Jedi

Los jedis son respetados y temidos.
Por eso es de buen tino mantener la discreción en la vida diaria.
No se debe mostrar mas que lo estrictamente necesario, y solo cuando la circunstancia lo requiera.
Para cualquier humanoide, la peligrosidad de Jedi se explica fàcilmente: Un jedi sabe combatir y posee una formidable herramienta de negociación: el sable.
Pero hay cierta clase de gente que además de temer a los jedis, los odia.
Un jedi puede practicar futbol, integrar una orquesta y aún trabajar con esta gente especial.
Por un tiempo.
Tarde o temprano se ganará su antipatía y finalmente será expulsado de la orquesta, echado del trabajo o desterrado de la comunidad.
La clase de gente que tanto teme y odia al jedi es aquella acostumbrada a manipular a los demás. Los humanoides en general y el ser humano en particular vienen dotados de manija.
Este es un accesorio que permite manipular a la persona, como si se tratara de una marioneta.
La manija de la gente es simbólica: para manipular a un empleado, por ejemplo se utiliza la manija de la ambición.
Cuanta más ambiciones materiales tiene una persona, más grande es su manija.
En un mundo repleto de personas ambiciosas, los que tienen más poder manipulan a los que tienen menos.
“¡Pero un jedi no tiene tanto poder... debería ser fácilmente manipulable!” se dice un empresario poderoso. Y entonces sale en busca del Jedi que trabaja en el archivo de su empresa, dispuesto a demostrarle realmente quién manda.
Es allí cuando descubre aterrado, la verdadera peligrosidad del Jedi:

Un Jedi carece de manija.

La monstruosa amputación en la espalda del empleado, además de una abominación, sugiere en los poderosos pensamientos perversos, tentaciones pecaminosas que ni siquiera se atreven a pensar del todo. Es entonces cuando palpan nerviosos en su espalda, se tocan la propia manija y enfurecen de odio contra el insolente jedi.

Poco tiempo pasará antes que el empresario se deshaga del archivero manco. Y el Jedi se irá contento por la ciudad, en busca de nuevos archivos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Fumadísimo

Explorando dijo...

la manija en la espalda....

Jackward dijo...

es brillante...en realidad