miércoles, 19 de enero de 2005

El camino de la Academia

Al principio somos ignorantes.
No conocemos nada, no sabemos nada... todo es nuevo, sorprendente y carece de nombre.
Luego comienza la instrucción académica.

La etapa de repetición
El Padawan repite todo lo que oye.
Generalmente este comportamiento abarca las dos primeras temporadas de la instrucción académica.
El Padawan se crea la ilusión de saber.
Y allí anda, usando palabras raras y difíciles en las reuniones familiares, intentando sorprender a sus amigos con fechas históricas, vocablos en otro idioma, teoremas o nombres científicos de peces comunes.
Intenta recrear la conducta de sus profesores imitando antes que nada su discurso, su ropa y costumbres.
El pájaro que pasa volando es un VG1(XA)-Praxilana Kasshykannis
Suele reírse de los legos.
En realidad, ríe todo el tiempo.
El padawan repite
Así pasan un par de años standard.

La etapa de conocimiento
A medida que progresa, el padawan empieza a conocer cosas por sí mismo.
Logra relacionar aquello que ha conocido en algún tipo de estructura mental propia.
Su discurso se hace preciso.
Ya no se deja dominar por la hormonas.
Descubre que decir "no sé" puede traerle más beneficios que simular conocimiento.
En esta etapa el padawan aprende realmente.
Y a su vez reflexiona sobre su aprendizaje.
Ya puede a su vez ayudar a sus maestros.
El pájaro que pasa volando es una maravillosa pieza de ingeniería aeronáutica natural, conocido por algunos como VG1(XA)-Praxilana Kasshykannis, mejor conocido como "Ladrón de la estepa"
Explica a los legos con autoridad, pero sin jactancia.
Solo ríe con sus pares.
El Padawan conoce.

La etapa de la sabiduría
Muchos maestros, aunque desgraciadamente no todos, llegan a esta etapa.
El Jedi valora más el silencio que las palabras.
En lugar de enseñar, deja que el padawan aprenda.
Habla poco y lo necesario.
Desprecia el orgullo, nunca se jacta de lo que sabe porque entiene que es una mínima porción del infinito que desconoce.
Sabe que es un pordiosero que porta en una pequeña bolsa unas miserables monedas.
El pájaro que pasa volando es una rarísima y curiosa ola del océano de la fuerza, una hembra Praxilana Rogradensis, generalmente confundida con el VG1(XA)-Praxilana Kasshykannis; el resultado viviente de eones de evolución; un conjunto de características existosas en la estepa. "Ladrón de la estepa" le dicen aquí, tanto a éste como al otro. Está bien que así sea.
El Jedi escucha a los legos y aprende de ellos. Puede compartir conocimientos con cualquiera.
Sonríe a menudo, pero la risa es menos frecuente: ya es sensible a la Fuerza y al sufrimiento de los demás.
El Jedi sabe.
A eso se le llama sabiduría.

Y podría creerse que aquí finaliza el camino.
Esto es cierto para la gran mayoría de los Jedis.
Pero hay quienes, se dice, llegan a un escalón posterior en el camino.

La etapa de la última sabiduría
El Jedi deja de ver el pájaro que vuela para ver una cadena infinita de pájaros.
Los que venían volando.
Los que seguirán el vuelo.
Los antepasados del pájaro.
Las especies que evolucionaron hasta llegar al pájaro.
Las especies que evolucionarán.
Las semillas que porta en su buche.
Las plantas que han esparcido las semillas.
La tierra que nutre las plantas.
El aire que nutre las plantas y sostiene el vuelo del pájaro.
El Jedi ve los pájaros sin mirar.
El Jedi siente el frio sin tocar.
El Jedi se mueve sin caminar.
El Jedi viaja sin viajar.
Ya no siente la fuerza.
¡Él es la Fuerza!
Ya se ha olvidado de todos los nombres.
Todo lo sorprende
Todo es nuevo.
El Jedi todo lo ignora.
Ya está listo para ser un padawan y empezar su instrucción académica.

martes, 18 de enero de 2005

La RMN del Jedi

Un Jedi se somete a un examen médico: una resonancia magnética nuclear.
Dentro de la máquina hay un campo magnético de fuerza inaudita.
Tal es la intensidad del magnetismo que los mismos núcleos de los átomos del cuerpo se alinean todos apuntando su vector magnético hacia el mismo lugar, como si fueran agujas de acero.
Normalmente nadie siente nada, a menos que el sujeto sea un Jedi.
Una alteración así no escapa al sistema innato de conciencia intersticial, esa conexión entre la Fuerza y los átomos corporales.
Pronto termina la prueba y el Jedi regresa caminado a su casa.
Pero la reciente experiencia lo ha dejado intrigado.
Hace un tiempito que siente un campo tan poderoso como aquel que inundaba la máquina.
Es una forma de la fuerza que nunca había experimentado antes.
Sorprendente.
Fina.
Sutil.
Se concentra, y deja que las células se orienten por sí mismas. Se contagian unas a otras un sentido direccional orientado por este nuevo campo misterioso.
Poco tarda este fenómeno en tomar posesión de las piernas, llevándose al Jedi quién sabe dónde.
Pero a poco de andar, llega hasta una bella casa de madera con un jardín de flores azules.
Se detiene allí.
Toca el timbre y sale su amiga, quien lo invita a tomar el té.
Entonces, todas la células, hormonas, moléculas y los genes del Jedi aceptan sonriendo la invitación.