miércoles, 14 de febrero de 2007

El bien sobrevalorado

Siete de cada mil ingleses y galeses confesaron profesar la religión Jedi según informa la Oficina Nacional de Estadística británica en su página web.
http://www.latercera.cl/medio/articulo/0,0,3255_5688_251889687,00.html

Un amigo terráqueo se indigna:
"Pero no es una religión real!"
Maestro Jedi : ninguna lo es.
Amigo terráqueo: Pero los jedis son un invento! No hubo nunca un..., un... Yoda real, ¿entendés?
Maestro Jedi: Hablas como si creyeras que hubo un Jesucristo resucitando, un Jehová que abrió el mar en dos o un Jonás que viajó en el vientre de una ballena. Lucas no ha tenido tanta imaginación, finalmente.
Amigo terráqueo: ¿A ver? Cortame en dos con tu sable láser, dale!
Maestro Jedi: Gallego, no siento deseos de herirte. Además, el sable de luz se usa para combatir entre caballeros.
Amigo terráqueo: Ja, Claro! No me podés cortar en pedazos con el sable láser porque yo no soy jedi. Qué conveniente!
Maestro Jedi: Es un error creer que quien corta es el filo del sable. Quien corta es la fuerza. Una vez que el jedi decide cortar, ya no es cuestión de sables. Sea luz o acero su naturaleza, la hoja ya no puede detenerse. Aún antes de moverse, el jedi ya ha cortado.
Amigo terráqueo: Ya estás hablando pelotudeces de nuevo... me podés decir, a ver, qué ganan los jedis? A ver, si me hago jedi, en qué me mejora la vida?
Maestro Jedi: Las religiones prometen trascendencia, paz, pertenencia, redención, en fin. Nosotros, los jedi, solamente prometemos una cosa: Diversión.
Amigo terráqueo: Las boludeces que hay que oir... dame otra birra.
Silencio.
Un eructo.
Otro.

"La padawan, de bancos" Por Maria Cristina Rolnik

La aprendiz de jedi se cubre los cabellos con la capucha correspondiente, y sale de su cueva. Va a pagar los impuestos para que la permitan existir como terrícola y no la expulsen hacia el planeta Veraz.
Elije cualquier banco, usando los métodos aprendidos: el mas cercano, el de nombre mas ridículo, el de paredes pintadas, el del mendigo que no pide limosna si no cigarrillos o el que este abierto a las 14.59.
El guardián del palacio esta allí por supuesto. Estos vigilantes sonríen más que los de las calles. Y además sus dientes son tan blancos, parecen colmillos nunca usados. Bueno decía que la aprendiza agacha la cabeza y hace la cola. A los 20 minutos de leer “Lolita”, siente un murmullo y OH, el vigilante divide la cola preguntando- ordenando: es jubilado, quédese en la cola, no es jubilado haga otra cola. Cola es fila se entiende. Lo que no se entiende es por que pregunta al joven con piercings varios y acne floreciente, si es jubilado. La aprendiz de jedi responde no, casi indignada (es mujer después de todo y la edad espina, que plutones) y se dirige a la fila de productivos. La otra cola es mas bella, piensa y se hipnotiza con el abanico de la señora segunda, primera fila.
Llega su turno.
Señorita tras las rejas de vidrio: “solo puede pagar 3 impuestos”, dice. El pecho de la cuasi jedi se infla y se desinfla, nunca aprenderá las normas terrestres. La fuerza la acompaña y la ilumina: “si hago la cola de nuevo puedo pagar los otros dos impuestos”
Señorita banquera se despierta y confundida dice que sí. No entiende que la aprendiz quiera volver a empezar la fila. La padawan vuelve al final muy feliz. Tiene su libro, a la fila de los jubilados al lado y toda la paciencia, que se sabe, aumenta el aura de los aprendices.

María Cristina Rolnik