Y para fundamentar su insólita demanda, se remonta a varias generaciones de antepasados.
Palabras de un Jedi presente, parado frente a la mesa de quesos:
“No te remontes demasiado en tu alcurnia, Anchorena: Podrías llegar a tus antepasados simios”
Algunos invitados sueltan alguna risita, otros miran con disgusto evidente al Jedi insolente que se come otro canapé.
Pero por las dudas, durante el resto de la velada, nadie se acerca a la mesa de las frutas.
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